La historia de A. Ramirez Ruiz se remonta a principios del siglo XX, cuando ya por aquel entonces, su bisabuelo Enrique Ruiz León se dedicaba a la manufactura de toda clase de aperos de esparto, oficio que daría nombre al apodo por el que sería conocido en toda la comarca y que sus descendientes llevamos con orgullo, “Los Esparteros”.
Con el paso de los años el negocio se fue diversificando y del esparto, Enrique pasó a la utilización del cuero como materia prima para la fabricación de todo tipo de artículos para ganado y para los trabajos en el campo entre otros, cinchos, serones, colleras, etc.
Con el devenir de los tiempos y ya acompañado de sus cinco hijos, Felipe, Jesús, Alfonso, Manuel y Nemesio, el negocio fue tomando forma produciéndose una importante ampliación del mismo.
Con el fallecimiento del fundador de esta dinastía de artesanos, los hijos fueron tomando distintos caminos, y de la empresa inicial surgieron dos ramas, Felipe Ruiz e Hijos y Hnos. Manuel Ruiz Lopez y Nemesio Ruiz Lopez, los cuales continuarían con la tradición artesana de la familia.
Fue en la década de los 70, con la entrada de la maquinaria en el campo y la consiguiente desaparición de los trabajos con animales, cuando una de las ramas Felipe Ruiz e hijos, optaría por diversificar la empresa especializándose en la manufactura de marroquinería para la caza y el ganado. Fueron sus hijos Jesus, Nemesia, Antonio, Socorro y Enrique los que con esfuerzo y tesón y con el nombre de Hijos de Felipe Ruiz Lopez C.B. darían forma a la que hoy es nuestra empresa, Artesanía Ramirez Ruiz S.L.
A día de hoy Artesanía Ramirez Ruiz S.L. está dirigida por dos de los biznietos del viejo Espartero, que sin olvidar sus orígenes artesanos, fabrican todo tipo de artículos de caza de gran calidad, cualidad que es nuestra razón de ser.
En éstos, más de 100 años de historia de esta gran familia de artesanos, muchos de sus componentes se han ido quedando por el camino, siendo ésta, junto a la gran clientela repartida por toda la geografía española, las razones que empujan a no desistir en seguir adelante con este bonito oficio.